Seguro
que las habeis visto por los caminos y prados. Recuerdan a la flor del
azafrán, pero no son parientes. Son propias del otoño, y se les llama
quitameriendas porque en la época en que salen, antiguamente se dejaba
ya de merendar, al acortar el día.
La
foto está tomada en el camino que sale a la izquierda desde la
carretera yendo a Salvacañete, por el que se sube al depósito de agua y
llega hasta Zafrilla. Allí hay a montones, pero se pueden encontrar en
muchos otros sitios.
Son indicativas de lugares muy pastados por las ovejas, y son venenosas. Las ovejas no se las comen.
El
nombre científico es Colchicum montanum, y la sustancia tóxica que
albergan es la colchicina. Es un inhibidor de la división celular, que
antiguamente se usaba para tratar la gota, y ahora he leido que como
anticancerígeno.
Según
el libro “Etnobotánica en la Serranía de Cuenca” (J.Fajardo et al.), en la Serranía se
les llama alcagüetas, espantapastores o macucas y se recogían los
bulbos (que no son tóxicos) para consumirlos en crudo como alimento de
emergencia u ocasional.
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