Detalle de uno de los acebos. |
Al pie del castillo , hay una caseta o refugio que construyeron en los fastos del 5º centenario del descubrimiento de América (1992). Partiendo de dicho refugio, vertiente abajo, se extiende un barranco que termina en la llanura.
Pues en la parte media de dicho barranco hay ni más ni menos que un grupo de acebos. Son entre 10 y 20 arbolillos de diversos tamaños. Al menos media docena de ejemplares son maduros y de un porte ya destacable.
El lugar es bastante inaccesible. Puede llegarse a los primeros ejemplares desde arriba, bajando por el barranco hasta llegar a un talud. Recorrerlos desde abajo es muy complicado. Precisamente esta dificultad de acceso es lo que los ha salvado de desaparecer.
Una vista del barranco en la zona de los acebos. |
El acebo es planta umbrófila, sólo crece a la sombra y necesita bastante humedad. Estas condiciones no se dan en ningún otro lugar del término municipal, salvo en una pequeña zona en el nacimiento del Henarrubia. Además, los acebos gustan de suelos profundos y ligeramente ácidos. Aquí el suelo es calcáreo y muy rocoso. Es decir, que es casi un milagro su presencia. Tienen un estado de conservación razonablemente bueno, porque hay ejemplares jóvenes, pero muy vulnerable porque el area es muy pequeña.
Es una planta protegida por la legislación autonómica de CLM, que la considera "De interés especial". Pero claro, una cosa es lo que dice la ley y otra la realidad. Dependerá de nosotros que sigan ahí. (Que nadie los arranque, que no haya incendios y que no metan las cabras).
Ahora están magníficos, porque tienen los frutos rojos que son muy vistosos.
Son árboles dióicos, o sea que los hay sólo con flores masculinas (machos) y sólo con flores femeninas (hembras). Estos últimos son los que tienen los frutos, que por cierto son tóxicos.
USOS TRADICIONALES DEL ACEBO
Son bastantes los usos tradicionales, entre ellos los siguientes:
El más inmediato, como alimento de las cabras que en los días crudos del invierno estaban estabuladas. Se cortaban las ramas y se usaba como forraje, verde o seco.
Para fabricar “liga”. Se cocía la corteza del tronco y de las ramas y se enterraba para que fermentase. Así se obtenía una sustancia viscosa y pegajosa, la liga, que se usaba para cazar pájaros, untando con ella las ramas en las que se posan. El pajarillo se queda pegado. Para este mismo menester se podían usar también los frutos del muérdago. Esta técnica de caza está ahora prohibidísima.
Para hacer garrotes, que se cortan en verde, se calienta y se curva un extremo, atándolo. Cuando se enfría queda curvado.
Cuando iba a nacer un niño, se colgaba un ramo de acebo y muérdago en la puerta de la calle, para prevenir contra el mal de ojo. El tema del mal de ojo me parece fascinante; media humanidad cree todavía en esta historia.
Tomado de Verde, A., D. Rivera, J. Fajardo, C. Obón, F. Cebrián. 2008. Etnobotánica de la Serranía de Cuenca y Guía de las plantas medicinales de Castilla-La Mancha.
Mas recientemente se viene usando, al igual que el muérdago, como adorno de navidad. Pero cuidado, no se puede coger del campo, tiene que proceder de cultivos sostenibles.
El muérdago, en cambio, sí puede cortarse libremente. En la subida al castillo, cuando el camino gira a la izquierda, hay bastante en los pinos del lado derecho del camino.
P.D.: Me explica Vivencio, que en esa zona del barranco en que están los acebos, hay una pequeña cueva que llaman "de la Esparteña", en la que hay murciélagos. No la he visto, pero la buscaré.
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