Según dice el diccionario de autoridades de 1737 un pósito es: «Casa en que se guarda la cantidad de trigo que en las ciudades, villas y lugares se tiene de repuesto y prevención, para usar en tiempo de necesidad y carestía»
En Castilla, alcanzaron su apogeo en los siglos XVII y XVIII, y se hundieron en el XIX.
El pósito funcionaba como un banco. A veces los agricultores no tenían trigo ni siquiera para sembrar. El pósito se lo prestaba y cuando cosechaban había que devolver lo prestado y un poco mas, la crez. ¿Conoces la frase: “lo pagarás con creces”? Pues las creces eran los intereses.
Esas creces fueron variando. Tradicionalmente había que devolver un celemín de más por cada fanega prestada. Equivaldría a un 8,33% al año, que era un interés muy alto.
Fue variando con el tiempo, a ½ celemín por fanega o a ¾ de celemín, en torno a un 6% de interés anual. Al principio el pósito solo prestaba grano, pero en el siglo XVIII ya era frecuente que prestase dinero, y lo hacía a un interés parecido.
Había una junta que lo controlaba y decidía a quien le daban créditos y a quien no. La formaban el alcalde, un regidor, un mayordomo, y una persona elegida por el pueblo. A este último primero se le llamó procurador síndico y posteriormente personero del común.
Los pósitos, si se gestionaban bien iban creciendo en fondos, enriqueciéndose, como los bancos. Entonces, ¿por qué la mayoría se fueron a pique?
Pues por lo de siempre: porque los gestores metían la cuchara y lo iban descapitalizando. A partir de 1751 se centralizó la administración, se creó una superintendencia general y posteriormente una dirección general. Los gobiernos sucesivos fueron poniendo impuestos a los pósitos para sangrarlos, y los ayuntamientos utilizaron los fondos para sus trapicheos.
El pósito de Salinas del Manzano se vendió como tantas otras propiedades públicas por la ley de desamortización de Madoz, a partir de 1861.
No he podido encontrar con certeza los datos de su venta. Cuando liquidaron los pósitos se les dio muy poca importancia, figuraban como “bienes de propios” igual que otras posesiones municipales, lo que hace difícil seguirles la pista.
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A continuación relaciono los bienes de propios que se desamortizaron en Salinas del Manzano. Creo que el pósito era el primero de ellos, el que compró José Formentín por 3000 reales de vellón, que debía ser bastante pasta. Unos años mas tarde José consiguió la concesión del estanco. Vendía el tabaco en el pueblo.
BIENES VENDIDOS EN LA DESAMORTIZACIÓN DE MADOZ
José Formentín: Vecino de Salinas del Manzano, mediano labrador. Compra una casa en Salinas del Manzano por 3000 rs.v.
Gregorio Provencio: Vecino de Salinas del Manzano, mediano labrador. Compra un huerto de 2 celemines en Salinas del Manzano por 1440 rs.v.
Isidoro Torralba: Vecino de Salinas del Manzano, mediano labrador. Compra una casa en Salinas del Manzano por 1000 rs.v.
Basilio Sáez: Vecino de Salinas del Manzano, mediano labrador. Compra un horno en Salinas del Manzano por 4100 rs.v. (Este también tenía pasta)
Martín Serna: Vecino de Salinas del Manzano, labrador acomodado. Compra un corral en Salinas del Manzano por 300 rs.v.
La foto que acompaña este artículo muestra el pósito en 1972. Era un edificio de mampostería con las esquinas en piedra de sillería. Desde su desamortización es una vivienda particular, que ocupa los números 37 y 39 de la carretera. (Calle Real)
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