La procelosa historia de Cañada Sáez (o Cañasáez como decimos habitualmente).

 

Vista de Cañasáez desde la Peña de la Miera

A finales del pasado mes de marzo, salió a concurso el aprovechamiento de pastos de los montes públicos de Salinas para los años 2023 a 2026, entre ellos Cañada Sáez. El importe previsto para este último era de 438€ en total para los 4 años. 

Actualmente, en Cañada Sáez hay una parte central llana, cultivada, de propiedad privada, y los laterales que forman una especie de herradura, la dehesa de Cañada Sáez de propiedad pública.

Ficha de Cañada Sáez en el catálogo de montes de utilidad pública

En un artículo anterior hice referencia a que este valle no era de Salinas sino de Alcalá de la Vega, pero en la revuelta de las Comunidades a principios del SXVI, los de Alcalá estuvieron de parte de los comuneros y de resultas de aquello les quitaron Cañasáez y lo adjudicaron a Salinas.

A finales del SXIX, al parecer todavía no se cultivaba. Seguía siendo en toda su extensión monte dedicado a pastos. El texto siguiente es la transcripción de un legajo de 1881. Es un borrador y no se quien lo redactó. Estaba entre un paquete de manuscritos que guardaban mis suegros.

 

El pueblo de Salinas del Manzano posee un documento de instrucción seguida por sus vecinos contra los Caballeros de Sierra el año 1624, la Chancillería de Granada falló amparando a los vecinos para que pudieran artigar, romper y labrar la dehesa de Cañada Sáez sita en este término municipal.

El año 1876, a instancias de varios vecinos, la Excma. Diputación Provincial acordó se habilitaría por los mismos en labor la parte de prado que no contenía monte de pino, dejando lo demás a pasto y/o para los animales de labor; en el mismo año la dirección de instrucción pública, agricultura e industria, sin duda por la intervención de la sección de fomento ordenó al gobierno de provincia suspendiera todas las operaciones de roturaciones en dicha dehesa y le remitiera el expediente para resolver si debía o no ser roturada.

Entretanto los vecinos la hicieron suertes y la roturaron.

En primeros de noviembre del año 1879 se dirigió nueva instancia al gobierno de provincia solicitando la autorización para el aprovechamiento de lo restante de la dehesa y hasta la fecha nada ha sido resuelto.

En su vista, y como quiera que la dehesa en cuestión se halla inscrita en el catálogo de montes de esta provincia y exceptuada por ley en la primera venta de bienes nacionales, pero sin duda sujeta a la misma por real orden, el ayuntamiento en sesión extraordinaria de siete del actual, en unión de los contribuyentes, ha acordado ponerse en defensa acudiendo al Excmo. Sr ministro de Fomento o a la dirección que corresponda con los documentos necesarios por medio de una comisión nombrada al efecto para que gestionen el derecho que se tiene, se segregue del catálogo de montes y quede libre de la acción del estado y en plena posesión los vecinos de este pueblo.

Por lo tanto se deba premeditar si la instancia y documentos como también la comisión se deba dirigir directamente a Madrid o por conducto del gobierno de provincias, como también estudiar el espíritu de la Real Orden que la sujeta a la venta para pedir el derecho que mejor asista en sentido de roturación y de conservación de lo que contiene monte de pino o por uno de los dos conceptos.

(NOTA AÑADIDA)

Según carta del diputado a cortes que lo ha tenido ocasión de ver y ser persona que deba estar enterada dice que el negocio de la dehesa valdría más dejarlo dormido pero es necesario salir del paso.

Volveré sobre este asunto, que me parece interesante. En Salinas hay tres Montes de Utilidad Publica, que se salvaron de la desamortización de Madoz. A finales del SXIX los sucesivos gobiernos estaban empeñados en vender todo el patrimonio público de los ayuntamientos.

Se libró de ello una parte importante, que ahora son nuestros montes públicos y fue gracias al empeño del cuerpo de ingenieros de montes. Los ingenieros tenían claro que conservar las áreas forestales proporcionaba mas beneficios que venderlos. Un beneficio público, estructural y a largo plazo.  

Ahora, esos ecologistas que abrazan a los cerdos cuando los llevan al matadero y tiran pintura a las obras de arte, se permiten criticar a los ingenieros de montes.