sábado, 18 de junio de 2022

El cerecino (Prunus mahaleb)

Cerecino en el camino del Henarrubia

El cerecino o cerezo de Santa Lucía (Prunus mahaleb) es un arbolillo pequeño, que en muchos casos se desarrolla como arbusto, y que reúne dos cualidades a tener en cuenta: es a la vez muy modesto y muy importante.

En el término de Salinas del Manzano solo hay que yo sepa, de forma natural, un ejemplar viejo y algunos más de menor porte en el nacimiento del Henarrubia. El ejemplar maduro es el de la foto de arriba, en el mismo borde del camino. Hay otro más que han plantado en el frente del depósito de agua.

La especie como tal no corre peligro de extinción, porque lo utilizan los viveros como portainjertos para el cultivo de cerezos comerciales. Pero en el campo si que está amenazado. Cada vez hay menos, y van desapareciendo de su habitat natural.

En Murcia y Andalucía está declarado “Vulnerable”, y el hallazgo de nuevos ejemplares es noticia.
En Castilla La Mancha está declarado “De Interés Especial”, que es una categoría de protección inferior a la de “Vulnerable”. La imagen adjunta expresa su distribución y amenaza a nivel nacional según el Ministerio de Transición Ecológica.



No he encontrado referencias a usos tradicionales en la Serranía de Cuenca. En el Pirineo aragonés se utilizaba la infusión de hojas y flores como digestivo. En los arribes del Duero hacían licor de los frutos.
La floración es a mediados de mayo y muy abundante.

Los frutos son cerezas muy pequeñas y ácidas. Para nosotros no son un manjar, pero para los animales si. Tienen muchos azúcares y son muy buscadas por las aves.

Frutos maduros en el mes de agosto

En la fotografía siguiente, he aplastado una cereza en una piedra y puede verse el mucho aprecio que hacen las hormigas.



Respecto a su importancia, de la que hablaba arriba, tiene que ver con lo que se llaman “Servicios Ecosistémicos”.
Cada miembro de un ecosistema, colabora a que todo funcione bien. Es una labor que nos pasa desapercibida, pero que gracias a ella es posible la vida en la Tierra. Algunas de esas tareas, a las que colabora el cerecino son:

  • Producción de oxígeno mediante la fotosíntesis.
  • Acumulación de biomasa, reteniendo CO2 de la atmósfera.
  • Formación de suelo fértil, que cada vez se pierde más por la erosión.
  • Retención de agua, purificación de la misma.
  • Regulación del clima.
  • Aporte de polen para los insectos, y frutos para todo tipo de animales.
  • etc, etc.
Hay que resaltar que pasa como en las sociedades humanas, que no todos los miembros del ecosistema hacen el bien, ni los buenos lo son todos en la misma medida. En la naturaleza también hay “mala gente”: concretamente las especies exóticas e invasoras. Pero no es culpa suya, sino nuestra. Que los hemos sacado de su hábitat natural y los hemos llevado donde no deberían estar.


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