domingo, 4 de septiembre de 2022

Altarejos, en Campillos-Sierra

 

Vista del exterior de la ermita, el edificio protege y amplía la cueva.

El pasado 1 de septiembre visité la ermita de Nª Sra. del Pilar de Altarejos, en Campillos Sierra.

El entorno es especial. Uno de esos lugares en que la naturaleza y la acción del hombre durante generaciones han configurado un paisaje de gran atractivo.

Yo diría que lo caracteriza la armonía: La cercanía del río Tejadillos, el bosquete de pinos, sabinas y chopos, las formaciones de arenisca y por supuesto la ermita. Había estado otras veces, pero no había visto el interior. Al ser la fiesta de la patrona, bastantes vecinos se acercaron a oír misa y a comer en la zona de picnic, sin masificación, y el interior de la ermita podía visitarse.

El edificio exterior es una prolongación del recinto original excavado en la roca, protege la entrada de la cueva y permite un cierto espacio para los bancos. Es reciente, sencillo y de buen gusto.

El interior me sorprendió muy gratamente. Un pequeño retablo barroco tiene en su centro la Virgen, sobre un pilar como indica el nombre de la advocación. Una imagen con encanto. Sobre el altar la bóveda excavada en la arenisca, con figuras geométricas.



Alrededor del altar, hay un pasillo amplio que lo circunvala excavado en la roca, que cuenta con alguna abertura al exterior a modo de lucerna. Este pasillo aloja la sacristía, y en ella una pared en la que los suplicantes cuelgan los exvotos. En los techos hay profusión de adornos con motivos vegetales y geométricos tallados en la roca.

Una bóveda con su lucerna y sus relieves.

Dice el folleto de Campillos-Sierra que la configuración actual es resultado de las reformas de los siglos XVII y XVIII sobre la estructura anterior, de la edad media.

El origen de la ermita es la aparición de la figura de la virgen a un pastor en el año 1208. Hay que ponerse en situación; se habían reconquistado los pueblos de la Serranía a los musulmanes y eran tiempos de repoblación con gentes venidas de los reinos cristianos. Las apariciones de imágenes reforzaban la comunidad cristiana y aglutinaban a la sociedad.



Dicen los estudiosos del asunto que hay señales de que el lugar ya debió albergar un culto anterior, incluso prerromano, celtíbero o lobetano. Probablemente alguna deidad femenina que representase la madre tierra.

En alguna página de internet he visto también referencias a la presencia de los templarios, deducidas por determinados símbolos. En el reino de Aragón fueron muy relevantes, en Castilla menos. Alfonso VIII parece que desconfiaba de ellos. (Aunque participaron en la batalla de Las Navas de Tolosa).

La posibilidad de que existiese un culto ancestral en el mismo lugar es muy difícil de rastrear, pero no es descabellado. Una cueva en un lugar pintoresco, en la que hay un manantial, que luego alberga un santuario mariano...es verosímil que ya existiese un santuario anterior.

En todo caso, tanto si eres creyente como si no, ve a conocer Altarejos en Campillos-Sierra. Es un lugar especial. No te defraudará.


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